En 2019, un grupo de economistas y educadores españoles observaba cómo las familias luchaban con conceptos financieros básicos. Los métodos tradicionales fallaban porque partían de teorías complejas en lugar de situaciones reales.
Carmen Delgado, nuestra directora pedagógica, recuerda vívidamente el momento decisivo: "Estaba asesorando a una familia que ganaba bien pero no lograba ahorrar. El problema no era matemático, sino metodológico. Necesitaban entender el dinero desde su propia experiencia."
Esa observación sembró la semilla de trazionexira. No queríamos ser otra plataforma más de consejos financieros. Queríamos crear un espacio donde las personas pudieran experimentar, fallar y aprender sin riesgo real.